Sin filtro

viernes, 27 de noviembre de 2009

"Hacer memoria no tiene que ver con algo del pasado"


El 8 y 9 de diciembre de 1977 un grupo de tareas de ESMA secuestró a 12 personas, diez de ellas en la puerta de la Iglesia de la Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal. El "grupo de la Santa Cruz" así llamado, estaba conformado mayoritariamente por familiares de desaparecidos y, en esos días, estaban juntando plata para publicar una solicitada con la lista de personas desaparecidas hasta ese momento.


La Santa Cruz, refugio de resistencia, es un documental que relata, a través de testimonios, los hechos de esos días. El largometraje completo puede descargse gratuitamente desde esta página http://peliculasantacruz.blogspot.com/.

Sin Filtro se comunicó con la directora y guionista de la película, María Cabrejas.

SF: ¿Por qué decidieron hacer el documental acerca de este tema?

MC: Hubo varios motivos. Por una parte, surgió de una necesidad del equipo de Derechos Humanos de la Iglesia de la Santa Cruz que está conformado por familiares de los desaparecidos y gente de la propia iglesia. En segundo lugar, porque para mucha gente es un caso desconocido. En tercer lugar, porque los responsables de los secuestros están en libertad a la espera del juicio que ya se ha pospuesto en tres ocasiones. La última motivación tiene que ver con el "hacer memoria", que no solo tiene que ver con recordar algo del pasado sino que en esta película tiene que ver con nuestro presente: por la impunidad que hoy existe, por ciertas condiciones de vida de la sociedad argentina que no solo no se han modificado en más de 30 años sino que han empeorado. Por eso sigue siendo necesario contar estas historias.

SF: La historia está relatada casi íntegramente por los protagonistas. ¿Eso es algo que se dio naturalmente o fue una decisión que se tomó durante la edición?

MC: Es la primera vez que tomamos la decisión de hacer un producto que tenga tanta participación de testimonios. Lo resolvimos después del trabajo de investigación, ya que muchos de los protagonistas y testigos están vivos y nos pareció bueno que tuvieran la posibilidad de tener la palabra.

SF: ¿Qué le dejó al equipo el proceso de entrevistas y producción del documental?

MC: Luego de realizar este tipo de documentales el equipo siempre sale modificado. En este caso pudimos ser parte de un proceso de reparación, donde un montón de gente que sufrió mucho y que no habían podido expresarlo antes pudo hacerlo. Ayudamos a armar el rompecabezas de la historia donde muchos familiares escucharon por primera vez cosas que no sabían de sus parientes, por ejemplo cómo se había desarrollado su día hasta el momento de la desaparición. Salimos muy enriquecidos porque realmente las personas del grupo eran maravillosas y mantenemos la hipótesis de que no fueron secuestrados porque sí, sino que fueron secuestrados porque estaban comprometidos pese a la época que se vivía. Creo que hoy sería gente necesaria.

SF: ¿Qué esperan que se lleve con ellos quienes vean el documental?

MC: La película está orientada a la gente que no conoce la historia. Tratamos, a lo mejor, de pecar de didácticos y optar por un relato de los hechos claro y ordenado para que los espectadores comprendan la historia. Pero también quisimos que las entrevistas dejaran, más allá de la información, un mensaje universal: saber que la gente común, que todos, podemos hacer algo para que las cosas cambien, como lo hizo esta gente, que la mayoría no era militante y salió a la calle en plena dictadura a buscar a sus familiares, a jugarse por sus semejantes.



Próximas funciones:
7 y 14 de diciembre - Cine/Teatro La Mascara, Espacio INCAA KM 2 (Piedras 736).

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